En el paro
Lo malo de salir el día en que hay un concierto en tu ciudad es que la gente que luego va a los bares pide que sigan poniendo esa música. En el caso de Raquelerre, varios centenares de niñas de instituto adictas a la emisora líder en el país, Destak2 Radio Hits, invadieron la zona vieja y todos los garitos.
Exceptuando el veteranísimo Rocanrrol, con su selección de clásicos habitual (los Banana Monkeys, los Aeroflot, los Xtreme Liars y otros) y sus nuevos descubrimientos (A-Killers, Madrugón, RoqueRock y otros) todos los demás sucumbieron a la invasión de las fans y pusieron una y otra vez el primer single de la jefa de Elisa: Quiéreme, Bandido.
A él ya le salía por las orejas la puñetera canción, así que trató de refugiarse en el Rocanrrol, pero este se encontraba tan atestado por los asustados habituales de la zona vieja (muchos de los cuales hubieran preferido pelarse al cero antes que entrar en ese garito tan cutre y con su olor a porro característico... pero Raquelerre era demasiado para ellos)... así que se dirigió a su piso, completamente hastiado.
Al pasar por delante de la disco de moda de la ciudad, la Xtrazone, se encontró con Elisa.
- ¿ A dónde vas?- le preguntó.
- A casita... estoy de tu protegida hasta la napia.- frunció el ceño.- en todos los putos baretos, menos en el de los heavys.
- ¿Aún sigue abierto?- dijo ella. Le cogió y le llevó hacia la puerta de la Xtrazone.
- No puede pasar, no con chándal.- dijo el portero. Ella simplemente le enseñó la acreditación y ambos pasaron, ante la cara de circunstancias del hombre.
Avanzaron por el medio de la discoteca, y se metieron en un reservado, donde había tres personas. Ella le dijo que eran el jefe de la gira, el organizador del concierto y la jefa de maquillaje.
- Este es Alex.- dijo, para presentarle.
Estuvieron hablando un rato, y a él le quedó la sensación de que odiaban a la cantante, a la que en términos cariñosos llamaban "la piojosa esa", "esa idiota", "la niñata" y una interminable serie de apelativos por el estilo.
Elisa le dijo al jefe que él se había presentado "voluntario" para el puesto de asistente de Raquel... ante lo cual el hombretón se echó a reir. Álex aseguró que sólo se trataba de una broma.
- Ni loco quisiera yo ese trabajo.- le dijo, finalmente, entre sollozos.
A las siete de la mañana, se retiraron y pudo ver entre la gente a la cantante, seguida de cerca de una mujer de unos treinta años que parecía estar mascando clavos (era su asistente personal). Así en persona parecía mucho más pequeña que en la tele, pero tan desagradable como le habían dicho.
Se volvió a su casa pensando en nuevos sitios para echar su currículum
Exceptuando el veteranísimo Rocanrrol, con su selección de clásicos habitual (los Banana Monkeys, los Aeroflot, los Xtreme Liars y otros) y sus nuevos descubrimientos (A-Killers, Madrugón, RoqueRock y otros) todos los demás sucumbieron a la invasión de las fans y pusieron una y otra vez el primer single de la jefa de Elisa: Quiéreme, Bandido.
A él ya le salía por las orejas la puñetera canción, así que trató de refugiarse en el Rocanrrol, pero este se encontraba tan atestado por los asustados habituales de la zona vieja (muchos de los cuales hubieran preferido pelarse al cero antes que entrar en ese garito tan cutre y con su olor a porro característico... pero Raquelerre era demasiado para ellos)... así que se dirigió a su piso, completamente hastiado.
Al pasar por delante de la disco de moda de la ciudad, la Xtrazone, se encontró con Elisa.
- ¿ A dónde vas?- le preguntó.
- A casita... estoy de tu protegida hasta la napia.- frunció el ceño.- en todos los putos baretos, menos en el de los heavys.
- ¿Aún sigue abierto?- dijo ella. Le cogió y le llevó hacia la puerta de la Xtrazone.
- No puede pasar, no con chándal.- dijo el portero. Ella simplemente le enseñó la acreditación y ambos pasaron, ante la cara de circunstancias del hombre.
Avanzaron por el medio de la discoteca, y se metieron en un reservado, donde había tres personas. Ella le dijo que eran el jefe de la gira, el organizador del concierto y la jefa de maquillaje.
- Este es Alex.- dijo, para presentarle.
Estuvieron hablando un rato, y a él le quedó la sensación de que odiaban a la cantante, a la que en términos cariñosos llamaban "la piojosa esa", "esa idiota", "la niñata" y una interminable serie de apelativos por el estilo.
Elisa le dijo al jefe que él se había presentado "voluntario" para el puesto de asistente de Raquel... ante lo cual el hombretón se echó a reir. Álex aseguró que sólo se trataba de una broma.
- Ni loco quisiera yo ese trabajo.- le dijo, finalmente, entre sollozos.
A las siete de la mañana, se retiraron y pudo ver entre la gente a la cantante, seguida de cerca de una mujer de unos treinta años que parecía estar mascando clavos (era su asistente personal). Así en persona parecía mucho más pequeña que en la tele, pero tan desagradable como le habían dicho.
Se volvió a su casa pensando en nuevos sitios para echar su currículum