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Contremo

Bueno, este pequeño blog me sirve para publicar pequeños relatillos sin importancia. No los leais, de verdad, que son una tontería

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11.3.15

Siete años después

Mucho ha cambiado mi vida desde que el revuelo que se montó con lo de Lara me aconsejase dejar de lado eso de ir contándolo en un blog, por anónimo que fuese.

Se armó una muy gorda. Estuve despedido, recontratado, vuelto a despedir y al final un jefazo pidiendo perdón porque la actitud de su subordinados hacia mi había sido lamentable. Un tío con sentido común.

Al final seguí trabajando con Raquelerre un par de años más y luego lo dejé.

Lara y yo seguimos siendo buenos amigos después de aquella primera noche. Tan buenos que nos casamos un par de años después, al dejar de trabajar para Raquelerre, y con el tiempo trajimos al mundo a un par de críos.

Ella ya ha dejado lo de modelo un poco de lado, aunque por edad y físico aún puede seguir y se dedica a otros negocios, invirtiendo sus ahorros en ello. Y yo, para estar más tiempo con ella y con los niños acabé siendo CM de unas cuantas celebridades, incluyendo a Raquel R, el nuevo nombre artístico de Raquelerre. Empezó un poco por casualidad y ahora tengo tres empleados.

Así que después de todo eso y a pesar del tema de las infidelidades, ahí seguimos.

El tema de las infidelidades es gracioso porque en tres de esas supuestas infidelidades estábamos juntos. En otra yo, supuesto infiel, estaba hospitalizado con una pierna rota y en la otra ninguno de los dos estaba en el país en el que se supone que pasó. Por si acaso y para evitar que una mentira bien montada por parte de la prensa nos cause un incendio siempre estamos localizados por GPS a partir de nuestros móviles.

En cuanto a Raquel, continuó su carrera un añito más después de que me casase y luego, habiendo amortizado ya su carrera, la discográfica no renovó su contrato. Así que empezó a publicar con su nuevo pseudónimo algunas canciones que había escrito por su cuenta en los últimos tres años de contrato e inició una nueva carrera solista bastante digna. Este año llegó a sonar para cierto festival europeo de la canción. Hasta donde sé fue solo un rumor.

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22.10.09

El timonel

Érase una vez un timonel que fue contratado para llevar un barco. Al principio le pareció que su capitán era un lobo de mar experimentado y curtido en mil batallas contra los elementos y se aprestó a aprender todo cuanto pudiera de él.

Para el primer viaje un millonario alquiló el barco para hacer un recorrido largo y complejo. Había un rumbo más o menos marcado por zonas que a nuestro timonel le parecían un poco arriesgadas y pidió trazar la ruta de nuevo.

"Ve navegando", le dijeron.

El millonario a veces se aparecía y pedía alteraciones, de viva voz, en la ruta. Alteraciones que a veces tenían sentido y a veces eran auténticos disparates.

"Ve navegando", le dijeron.

Una vez, tras un puerto le dijeron que el viaje había terminado. Misión cumplida. Fiesta y champán.

Hasta que después resultó que ese no era el puerto que querían y que todo había sido un error de un empleado del millonario y que había que seguir navegando.

Y las alteraciones en la ruta eran comunicadas oralmente, a veces de forma contradictoria, o a veces garabateadas en una servilleta de una forma bastante incomprensible. Protestó y lo pidió todo por escrito y bien planificado.

"Ve navegando", le dijeron.

Y a seguir órdenes, que para eso era para lo que le pagaban. Aunque fuesen auténticos disparates.

Y siguió pasando el tiempo. El barco empezó a resentirse por tanta navegación a ciegas, sin cartas naúticas ni rumbo fijo, y con el capitán muy ocupado con menesteres más glamourosos.

Y el cliente, en lugar de permitir solucionar los problemas de la ruta empezaba a pedir cosas más bizarras, como pasar entre dos rocas muy juntitas con el barco marcha atrás.

"Ve navegando", le dijeron.

Ya hacía un tiempo que el timón era difícil de manejar por tanto problema de navegación. Pero él seguía al timón. Incluso más tiempo del conveniente.

Y en esto, en un puerto, un capitán de un barco más grande le ofreció su timón.

"No puedo", dijo, "tengo que concluir un viaje".

El nuevo capitán aceptó sus razones y le dejó ir, complacido por la respuesta.

Y en esto el millonario, impaciente por no llegar a donde quería siguió dando instrucciones estúpidas. El capitán comenzó a exigir que fuese a más velocidad de la que daba el barco y que llegase al destino (destino desconocido para el timonel), y le amenazó y le insultó. Después de haberse pasado noches enteras con un café y carámbanos en la nariz mientras trataba de llevar aquella pesadilla de viaje a término le dijeron que le faltaba "implicación". Y además, acababa de decir que no a un barco más grande y más nuevo.

Cuando el nuevo capitán volvió a hablarle, el timonel no se lo pensó: las ratas son las primeras en abandonar el barco, pero los timoneles, cuando se cabrean, son aún más rápidos.

Y es el timonel el que guía el barco. Y es importante tenerlo en cuenta, sobre todo si el capitán sólo sabe agitar los cócteles y animar los bailes.

Epílogo: cuando el barco finalmente se hundió, no se recibió un "SOS". Se recibió un "fue culpa del timonel".

Moraleja: no es lo mismo navegar con rumbo claro y mar espejo, con buenas cartas de navegación, que en un viaje cuyos responsables no planificaron, no estudiaron y que ni siquiera han visto el alcance que iba a tener. Si os veis en una de esas, dejad el barco.

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18.3.08

Administración

Gaudar Nebus era el Primer Consejero del Conde de Atria. Él había sido el más firme defensor de colaborar con el Imperio en la defensa de la más rica de sus provincias.

Desde su punto de vista había muchas razones para correr los riesgos asociados a una operación de tal envergadura, pero lo principal es que Atria necesitaba del Imperio tanto desde el punto de vista comercial, ya que era su principal cliente, como cultural, ya que la Academia se nutría de talentos que iban apareciendo en el continente, como militar, ya que un continente estable significaba que Atria no tenía que preocuparse tanto por esta faceta.

Además representaba una gran oportunidad. El hecho de poder administrar esa provincia podría reportar beneficios importantes al Condado y a su Monopolio Comercial: más suministros, condiciones más ventajosas para hacerse con mercancías que no siempre estaban disponibles y sobre todo, mejorar los obsoletos métodos de cultivo, crianza y minería que se implementaban en la provincia.

Nebus había conseguido autorizar el envío de cincuenta agentes de capacitación para colaborar en la gestión de las comarcas más productivas, y estaba deseando que saliese más gente de la Academia ya que esos cincuenta agentes representaban el 70% de los que tenía... y otro 20% se encontraba en las colonias ultramarinas asesorando a los bárbaros a los que compraba suministros. Cada tres meses había rotaciones para que Atria no se quedase sin unos especialistas de los que dependía de una forma casi absoluta.

Asimismo, Nebus consiguió convencer a unos cuantos ex-alcaldes para que se hicieran cargo del gobierno de algunas de estas zonas sustituyendo a los imperiales que habían tenido que abandonar la provincia.

Ril tenía que ocuparse de muchas cosas, pero él, Nebus, tampoco lo tenía fácil... y lo que es peor, él tenía que hacer todo esto en la distancia

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9.10.07

Preparativos

El Ejército imperial había creado una red de defensas que protegían los pasos del norte. Ril lo sabía y lo primero que había pedido al ser destinado al mando de Cribauna había sido ordenar que las reparasen y que se mejorasen sus defensas. También había ordenado que se mejorasen los caminos que las unían y que los puentes se hiciesen de tal forma que pudiesen ser destruídos rápidamente en caso de que fuera necesario frenar el avance de las hordas de norteños.

Para la reparación de los caminos se había ordenado a los pueblos que los franqueaban que dedicasen una o dos jornadas de trabajo semanales a su reparación, circunstancia que suscitó muchas protestas entre ellos... así que para contentarlos, las mismas tropas que deberían protegerles durante los trabajos de posibles incursiones de bandidos montañeses colaborarían en los trabajos y les ayudarían también en las labores del campo unas cuatro horas al día.

La buena noticia fue cuando los bandidos se comprometieron a no atacar a los trabajadores: al fin y al cabo, las hordas norteñas eran también sus enemigos. A cambio, Ril les ofreció suministros si hacían labores de rastreo y de información, a fin de estar alerta cuando finalmente los norteños llegasen.

El problema es que nadie sabía si llegarían en diez días o en diez años... lo que era seguro es que llegarían. Pero como dice el viejo refrán, "los puentes se cruzan al llegar a ellos"

Otra de las obras que Ril ordenó fue un sistema de mensajería por señales a semejanza (del que existía en la isla de Atria. Para ello estableció una serie de atalayas entre cada uno de los cinco pasos, cada una con un sistema de señales luminosas fácilmente visible desde la siguiente atalaya. Primero empezó con una red básica y en cuanto estuvo terminada, la reforzó teniendo en cuenta las influencias del clima: lluvia, niebla...

Había algunas separadas por decenas de kilómetros, y otras estaban apenas a cinco, y con un
camino excelente entre ellas por si era necesario ir a caballo para entregar el mensaje

Al norte del paso estaba el Reino de Damatia, que había sido fundado por un general díscolo del Imperio al que el Emperador había dado el reino... para quitárselo de encima. De esta manera, el general tenía sus propios problemas, su ambición satisfecha y toda la guerra que necesitaba su violento carácter. Eso había sido doscientos años antes, antes del declive del Imperio y antes de la Horda Blanca.

Ril envió mensajeros al rey para ofrecerle su ayuda en la reparación de algunas defensas y a la hora de implementar algún tipo de estrategia defensiva. Tenía muy claro que si podía parar o, al menos, frenar las incursiones de la Horda en Damatia él tendría una vida mucho más tranquila

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24.9.07

La retirada

Ril observó con cierta aprensión cómo la última columna de soldados imperiales abandonó la fortaleza de Puerto Atria. Durante los últimos 150 años los imperiales y los atrianos habían tenido que convivir.

Recordaba muy bien la historia: cuando Pireas III, el último de los grandes emperadores, reunificó el Imperio lanzó una campaña naval contra el condado de Atria, al que consideraba como una provincia rebelde.

Pero el hecho es que tras treinta años de campañas, la flota imperial no se encontraba en su mejor momento, y muchos de sus soldados se hallaban agotados por mil batallas y realmente no entendían que se lanzase un ataque a un condado insignificante a dos días de navegación mar adentro y que, para más inri, jamás se había declarado en rebeldía contra el Imperio... hasta que el emperador pretendió deponer al conde.

El ataque se produjo y fracasó, ya que los atrianos habían contado con la ayuda de una flota bárbara (el abuelo del joven conde era un corsario ultramarino), y de unas defensas bien planificadas y mejor ejecutadas. Cuando Pireas vio la situación decidió parlamentar y consiguió un arreglo que dejó razonablemente satisfechos a todas las partes: Atria pasaba a ser dominio personal del Emperador, y el conde conservaba su puesto, si bien juraba fidelidad a Pireas y sus sucesores.

Por su parte el Emperador, como gesto de buena voluntad, le permitía la construcción de dos puertos para iniciar una ruta comercial entre los bárbaros ultramarinos y el Imperio, de la que Atria tendría el monopolio: a ojos del Imperio, y al ser Atria dominio imperial, era una forma de que el Emperador financiase sus ejércitos y las obras de reconstrucción sin sangrar tanto a los habitantes de los Siete Reinos, al borde del colapso por los altos impuestos y los desastres de la guerra.

Pero el Emperador duró poco, y su sucesor tuvo que enfrentarse a una rebelión del Consejo y salvó su vida renunciando a ocupar el poder y exiliándose en su dominio personal de Atria, visto por muchos consejeros como una roca batida por los vientos en mitad del Océano y sin un ejército que pudiese plantar cara a las poderosas legiones. Nunca más tendrían nada que temer de la depuesta Casa Imperial.

Pero en los ciento cincuenta años transcurridos muchas cosas habían pasado: desde la caída de la casa imperial los consejeros trataron de usar su poder para favorecer a sus propios negocios, y las rebeliones no tardaron en aflorar. Muchos de los reinos que Pireas había reconquistado pronto se volvieron contra el Imperio: cada gobernador, cada general, intentó obtener una Corona para sí.

Y el continente conoció de nuevo la guerra y el hambre... y Atria, alejada de todo y poseedora de los únicos suministros y de una flota militar importante se mantuvo al margen y prosperó: los condes no veían nada claro en qué les favorecía apoyar a un Consejo que jamás había tenido más intenciones hacia Atria que la de aprovecharse de ellos, cambiando numerosas veces los acuerdos de explotación de Puerto Atria y de Puerto Glasera... llegando al extremo de apoderarse de este último en su fallido intento por establecer una segunda línea comercial con ultramar.

Y el tiempo pasó. Atria fundó un par de colonias ultramarinas y formó un pequeño ejército de doce mil hombres y mujeres para defender sus territorios, lo que frenó la rapacería imperial tras una escaramuza en la que una legión fue diezmada. A partir de entonces se mantuvo una especie de sociedad que con el tiempo derivó en un vínculo de amistad entre los pujantes isleños y los cada vez más decadentes imperiales.

Y llegaron los norteños. La invasión bárbara en el Oriente había consumido los recursos de lo que quedaba del Imperio, y necesitaban a todas las legiones para contenerlos al otro lado de la frontera. Aunque la provincia de Cribauna era la más rica de cuantas poseían no podían permitirse perder las minas de Briar.

Fue entonces cuando el Imperio pidió a Atria que destinase a sus hombres a la protección de Cribauna. Mil soldados imperiales se quedaron como asesores ya que conocían mejor que nadie el estado de las defensas y de las vías de comunicación.

El trato era que Atria destinaría a siete mil de sus soldados durante un período inicial de cinco años a la protección del paso de Bretam, único lugar por el que los bárbaros podrían pasar con garantías, y de otros cinco pasos de montaña secundarios. A cambio el Imperio suministraría metal y madera a Atria, y un décimo de los impuestos, en oro y mercancías, a los Atrianos.

Y él, Ril, había sido designado por el Conde como el custodio de la fortaleza de Puerto Atria. Él, no un militar, sino un antiguo explorador. Desde allí y durante al menos esos cinco años Atria administraría la más rica provincia del Imperio.

Pero él conocía incluso mejor que los vigías fronterizos los pasos de Cribauna, y conocía mejor a sus gentes. Pronto sabrían si de verdad era una buena elección. La apuesta era alta, y tal vez demasiado arriesgada.

Pronto sabrían.

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17.2.07

"¡¡¿Qué se ha follado a quién?!!

Nuevo avión, nueva ciudad.

Dejamos Veracruz para tomar rumbo a Cancún, dónde íbamos a hacer un concierto de estos a los que sólo van turistas y muy poca población local. Cómo algunos en Mallorca, vaya.

Cancún nos recibió con una bofetada de calor y alguna gente en el aeropuerto que no dejaban de dar vivas a Raquelerre, pero afortunadamente eso no nos retrasó demasiado y pronto estuvimos en el hotel.

Como de costumbre, mi compañera y yo compartíamos una habitación italiana con Raquelerre, a la que seguía sin gustarle la situación, pero, al menos, ya no protestaba. Por alguna razón había dejado de hacerme la vida imposible y yo vivía más tranquilito.

Por la mañana me despertó un grito estentóreo procedente del representante de mi bienamada protegida: ""¡¡¿Qué se ha follado a quién?!!", seguido de una apertura de puerta y de un aporreo en la mía. Salí de cama con cara de mala hostia y al abrir la puerta me encuentro con una foto mía y de la chica de Veracruz en primera página.

¿Sabéis cuándo os despertáis y el cerebro no procesa adecuadamente toda la información? Pues eso es lo que me pasaba en ese momento: que mi cabecita alcanzara a entender qué hacía mi foto con la mano dentro del escote de aquella chica era trabajo suficiente como para que supiese que me estaban gritando cosas bastante desagradables, pero no las entendiese... y tampoco para conseguir sacar partido del tremendo titular: "¿Nuevo amor para Lara Vallejo?"

Y de repente ocurre como un "click" en tu cabeza y todo cobra sentido... ¿la chica de Veracruz era Lara Vallejo? ¡¡Joder!! había pasado una noche de sexo con la top-model hispana más cotizada. Arrebaté el periódico de las manos de Castillo y le cerré la puerta en las narices (y le dí) y me senté en cama de Sheila, a la que saqué de entre las sábanas diciéndole:

- ¡¡Mira esto!!

Sheila empezó a leer y primero no entendía... luego comprendía, y finalmente exclamaba:

- ¡Fódase! ¿Vôce transou com esta gata? ¡¡Si vuelves a verla avísame!! Cómo me gusta esta chica. ¿Cómo hiciste?
-Insulté a una amiga suya. Le llamé de todo. Así que le caí bien... bastante bien, vaya.- Sheila me miraba con esos ojillos suyos.- ¡Yo que sé! Ni siquiera sabía que era ella.
- Si no fuera por la foto no te creía. Pero que me digas que no la reconociste es para matarte. ¿Habías fumado algo? ¿Bebido? ¿Drogado?
- Nada de eso. Tenía que vigilar a la niña.

Y justo entonces la niña apareció.

- ¿Qué pasa? - Sheila le tendió el periódico y Raquelerre me miró como a un marciano:
- ¿Tú has follado con Lara Vallejo? ¡¡¿Pero cómo?!!.- En ese momento me pasaron por la cabeza todas las formas en que la había follado, pero consideré oportuno no decir nada.
- Ya ves. Igual ella era la que iba puesta de algo, aunque tampoco lo noté.
- Cómo que no bebe ni se droga. Yo me voy a la cama. Esto tiene que ser un sueño chungo- Y Raquelerre se fue.

Entonces asomó Macarrón por la puerta y me dijo:

- De Pablo quiere verte ahora mismo.... ¡machote!- y se fue escojonándose, tan incrédulo como los demás


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8.2.07

Modelos

A veces tras los conciertos se montan unas fiestas de aúpa, dónde se junta lo más granado de la intelectualidad local.

Digo granado porque es como si en el interior de sus cráneos alguien hubiese soltado una granada y se hubiesen quedado así de lelos, porque hay que ver a alguno de los asistentes. Si creéis que Nacho De las Huertas es idiota os quedáis cortos. Es mucho más que eso.

También suelen acercarse bastantes modelos y groupies, a ver si cazan a alguno de los granados intelectuales a los que antes me refería... y tampoco es que su coeficiente intelectual suela expresarse con más de dos dígitos (salvo si se escribe en binario).

La verdad es que la fiesta del concierto de Veracruz dio mucho de sí. Ya había contado mi pequeño rifirrafe con ese orondo papanatas que se anuncia como FatMike... pero es que luego llegaron las modelos.

Resulta que una agencia de modelos de cierto renombre que no voy a nombrar llevó a varias de sus chicas de diversas nacionalidades a la fiesta porque al parecer había rumores (falsos) de que MacTiger, de los Sonic Hurricanes (vaya nombre estúpido) iba a pasarse porque estaba de vacaciones en la ciudad.

Y claro, allí estaban aquellas muñequitas intrascendentes absolutamente perdidas, en busca de una presa que posiblemente se estaría dedicando a cosas más interesantes que estar en una fiesta de una diva de la canción latina.

En un momento determinado me acerqué a una de ellas para saber si había visto a Raquelerre, que me había dado esquinazo con bastante habilidad. A mi pregunta respondió, mirándome con cara de asco y de arriba a abajo.

- Tío, tú no tienes categoría para hablar conmigo. Piérdete.

Y claro, este es el momento en que empiezo a notar el hervor de la sangre y le espetó.

- Cierto, normalmente no me rebajo a hablar con un montón de silicona adornado con un cerebro de membrillo, pero ya ves: necesito encontrar a Raquelerre y hago una excepción.

Ella se quedó en estado de shock. ¡Nadie habla así a una supermodelo!

- ¿Pero quién te crees? Feo, mal vestido... Raquelerre te dirá lo mismo que yo. Seguro que no quiere verte. A mí ya me estás sobrando.

- Mira tía. Feo ya sé que soy, pero lo mío es natural y no la chapuza de un cirujano... porque esas tetas que tienes dan bastante grima. En cuanto a lo de mal vestido... je... como siempre va a hablar la más indicada. Y en cuanto a Raquelerre, estoy a cargo de ella y me la sopla si quiere o no quiere verme. Así que seguiré buscando en lugar de perder más tiempo hablando con los floreros.

Y dicho esto, me fui.

Y me cogieron del brazo. Me giré con cara de mala hostia y vi a una morenita preciosa. Sin darme tiempo a nada me besó con fuerza y me dijo.

- Gracias.
- ???
- No sabes la manía que le tengo a esa tía. Se cree una diosa, pero estoy absolutamente de acuerdo contigo
- Vaya, gracias.- dije yo, con cara de póker.
- Raquelerre está con su mánager... ehh.. allí.

Efectivamente, mi pequeña protegida estaba bien custodiada por el cabrón que la exprimía. En ese momento, él me miró y me hizo señas de que me fuese a dormir.

- Supongo que eso significa que estas libre el resto de la noche.
- Supongo.- dije con cara de alivio.
- ¿Te importa que te haga compañía?- me dijo.- No soporto estar en compañía de tías que sólo saben hablar de ropa de marca y pintalabios caros, ni de tíos que le hablan a mi escote y sólo quieren meterse conmigo a la cama.
- Bueno, trataré de no hablarle a tu escote.- le dije.- En cuanto a lo otro, como ves me han mandado a la cama... así que trataré de convencerte de que me hagas compañía en ella, si no te importa.- le dije, medio en serio, medio en broma.
- Siempre es divertido que intenten convencerte.

Tres horas después, la había convencido.

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13.12.06

FatMike se cabrea

Trabajar para Raquelerre implica que te tienes que relacionar con una serie de maleantes que se creen artistas y que no pasan de "hartistas" (por lo harto que me tienen)

Tras el concierto de Veracruz nos cruzamos con FatMike MC y su troupe. Leyendo este nombre cualquiera pensaría que este señor había salido del Bronx por lo menos... pero lo cierto es que sus primeros pasos (y muchos después) los dio en Calahorra, provincia de La Rioja.

Aprovechando que tenía cierta facilidad para los gorgoritos y una lengua supuestamente afilada se metió en esto de la música... y bueno, músico nunca llegó a ser, pero un productor creía en sus posibilidades como intérprete de hip hop.

Como intérprete la verdad... bueno, digamos que es la prueba viva de que hay quien tortura más a la audiencia que Raquelerre.

Pues todo esto viene a cuento de un pequeño roce que tuve con el angelito tras el antedicho concierto. Resulta que esta especie de sapo intentó ligarse a mi protegida. No es que me importase, pero como teníamos que coger un avión con destino a Aguascalientes tuve que interrumpir lo que él consideraba un flirteo, cosa que le cabreó.

- ¿Tú sabes quién soy? - me dijo.
- Sin duda. Pero tenemos que irnos.
- Seguro que pueden esperar por nosotros.- terció Raquelerre.
- Ni en sueños. Hay que irse.- dije yo, inflexible.
- A mi nadie me jode el plan.- dijo entonces FatMike. Cuesta creer que alguien quisiera acostarse con él... pero el dinero y la fama todo lo pueden.
- Siempre hay una primera vez.- le espeté, cogiendo a Raquelerre del brazo, que no estaba muy feliz con la respuesta de su Romeo.

FatMike se acercó a mi rodeado de dos de sus gorilas, dispuesto a reclamar sus derechos sobre mi protegida al estilo Neanderthal: con un basto y sin ninguna delicadeza.

Por suerte para mí, yo disponía de Macarrón y de un armario local que respondía al nombre de Max (sí, como el perro).

- Escúchame bien, cacho capullo.- me dijo.- Yo soy un artista importante y vosotros tres sois tres pringados. Así que apartaos.- Raquelerre no daba crédito, pero tampoco abría la boca, absolutamente perpleja ante todo lo que estaba pasando.
- Escúchame tú: un artista era Velázquez. Un artista era Mozart. Y el hecho de que te consideres un artista como ellos es como para enviarte a un psiquiátrico. No eres más que un montón de sebo con pretensiones que no tiene idea ni de cantar, ni de bailar y ni siquiera tienes la capacidad de componer esos rebuznos que sueltas en tus... err... ¿canciones?
- Ni se te ocurra criticar mi arte.- dijo, ofendido.- No tienes ni idea. Soy un artista comprometido. Mi fuerza está en las letras.
- ¿Fuerza? ¿Comprometido con qué? Tus canciones sólo dicen cuántas tías te follas (aunque no sea cierto), la pasta que tienes y lo mala que es la sociedad capitalista... aunque tu discográfica haya denunciado a varios de tus fans por bajarse tu disco de internet y tú hayas hecho declaraciones llamándoles ladrones. Vaya un artista concienciado: cuando me tocan la pasta, entonces hay que arrancarle la piel a quien sea.

Y dicho esto, cogí a Raquelerre del brazo y nos fuimos. Ya estoy hasta las pelotas de conciencias de boquilla.

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22.10.06

De playas por Veracruz

La Capital de la Costa Esmeralda mexicana se llama Veracruz. Es una ciudad de gran tradición turística, y por lo mismo, con su área litoral destrozada y parasitada por decenas de resorts capaces de espantar hasta al arquitecto más hortera.

Lo bueno es que hay unas playas bastante aceptables al norte de la ciudad, y para mi sorpresa, Raquelerre consintió en ir conmigo. Le pregunté si no tenía miedo de los paparazzi, y ella me dijo que confiaba en darles esquinazo.

Para escabullirnos echamos mano de Paloma, una bailarina a la que apenas conocía pero que era bastante parecida en el físico a Raquel, y de hecho, la habían contratado en parte para cosas como esta.

Así que aprovechamos la primera oportunidad que tuvimos para dar esquinazo a los fotógrafos que nos seguían y allá nos fuimos ella, yo y tres chicas más: Patricia, Elisa y mi compañera de habitación, Sheila.

Alquilamos un coche a nombre de Patricia para no llamar mucho la atención y enfilamos en dirección a una de las playas del norte. Nos buscamos un lugar entre las rocas y allí nos quedamos.

La primera sorpresa para mí es que las chicas se pusieron a hacer topless con bastante naturalidad, como si no les importase que un chico estuviese delante... y por el hecho de que hasta donde sé, en México está prohibido. El hecho de que Raquelerre se lo quitara fue una sopresa mayor para mí que el de cualquiera de las otras, ya que no me la imaginaba haciendo esto... no sé cómo explicarlo sin parecer un machista espantoso, pero no me parecía del tipo de chica que se atreve a esto.

Felizmente no tuvimos muchas complicaciones aquí, salvo un par de curiosos que iban a sacar su cámara de fotos y que recibieron un par de comentarios bastante hirientes por mi parte. Eso refrenó a Elisa: su lengua es tan afilada que podría sacarle los ojos a una persona con una simple sonrisa.

Lo que no sabía es que todo esto me traería cola más adelante...

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10.5.06

Mayami

Por fin llegamos al hotel, un monstruo de lujo de cinco estrellas en pleno Surfside con todas las comodidades, dónde la élite de la gira se alojaba, mientras que a los pringadillos les tocaba dormir en un barracón de dos estrellas (y al que parecía que le sobraban tres estrellas). Es lo que tienen los artistas de temporada: que como el año que viene encontrarán a otro, no se gastan más pasta de la necesaria en ellos. No son los Motorlovers precisamente.

Gracias a Dios, yo era de la élite. Soportar a la niñata tiene estas cosas: ella tenía una suite y yo la habitación de al lado, que se comunicaba con ella. También resultaba beneficiada por lo mismo Sheila, que a cambio procuraba estar lo menos posible por allí (y es que Raquelerre es mucha Raquelerre).

Miami es una ciudad curiosa. Por un lado es una ciudad usana con todo lo que implica, y por otra parte los cubanos le dan un aire especial... tanto que si hablas con uno de ellos la ciudad se llama "mi-a-mi", y si hablas con otras personas se llama "mai-a-mi".

En fin, el caso es que dos días después teníamos un concierto en la ciudad, ya que por lo visto los cubanos habían descubierto a Raquelerre en internet (que digo yo que habría mejores cosas para bajarse), y estaban como locos con ella. Y luego don Cándido se quejará amargamente de lo malo que es el P2P y lo cabrones que son los internautas que le roban sin piedad el dinero que brota del sudor de la frente... de otros.

Realmente no sé mucho más de la ciudad, ya que me pasé todo el día de tiendas con la cría esa, que se dejó unos 18 mil euros en tiendas de moda hiperfashion de Bal Harbour, como Cuco o CottonGang mientras yo me moría del asco lentamente. Mis súplicas a que nos fuésemos de paseo, a hacer turismo, a ver la ciudad o algo parecido cayeron en saco roto: Raquel estaba más interesada en comprarse una chaqueta de mil euros que en el barrio Art-Dèco... y ni siquiera pudimos ir a la playa porque ella decía que no quería que sus fans montasen un tumulto. En fin, espantoso.

Claro que ella tampoco lo pasó mucho mejor: visto que iba a tener que soportar estas neuras de gran estrella, no me corté en dar mi opinión acerca de las horteradas que compró y no dejé de hacerle ver la incongruencia entre sus principios de hiperconcienciada con comprarse unas gafas de 500 eurazos y que además le quedan como el culo. Así que ninguno de los dos disfrutó, pero me hice respetar: para la próxima ciudad ha prometido ir de turismo si me abstengo de hacer de crítico de moda.

Ya os contaré que tal nos va por Veracruz (México).

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